lunes, 17 de octubre de 2011

El romanticismo según Stefan Zweig: Carta de una desconocida.



Pocas veces suelo reeler los libros más de una vez, contando con algunas excepciones: los cuentos de Rubén Darío y similares, las fábulas, las novelas de Patricia Higsmith y las historias de mi romántico favorito, el austríaco Stefan Zweig, cuyas novelas están llenas de pasión, de confesiones, de ardientes secretos... Pocos retrataron el alma femenina como lo hizo Stefan Zweig en novelas como "Carta de una desconocida" "Amok" o "Veinticuatro horas en la vida de una mujer". Quién no haya conocido la pasión con mayúsculas en la vida real, si lee a Zweig deseará como nunca ser presa de la misma... Muchas veces me gusta releer sus novelitas, porque en ellas no sólo refleja los sentimientos humanos como nadie, si no que además, cada una de sus líneas son pequeñas lecciones de vida.

De entre todas las novelas que he leído de Zweig la que más me emocionó y me sigue emocionando cada vez que la releo es "Carta de una desconocida", un relato corto en forma de carta redactada por una misteriosa mujer que le confiesa al hombre de su vida todo lo que significó para ella sus escasos encuentros,  aunque para él siempre fuese una desconocida, una mujer de tantas, una más, un rostro sin nombre, una sombra sin vida... Una historia que atraviesa el corazón, magistralmente escrita, tierna y profundamente dolorosa.



«Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario